El equipo marplatense no recibió goles luego de 76 tiros de esquina en contra. Sabe cerrar bien los últimos metros de la cancha. Devecchi es decisivo en el arco propio y Cauteruccio en el contrario. Mosquera es un generador de goles. El equipo de Martín Palermo gana y sueña.
Aldosivi es un gran defensor de las jugadas de pelota quieta, sabe cuidar bien los espacios en campo propio y cuenta con José Devecchi, el arquero más atajador del campeonato. Los rivales son ineficaces y, por el contrario, tiene gran capacidad para concretar lo que genera, con un Cauteruccio efectivo y un Mosquera desequilibrante.
Aldosivi llegó a la punta en la Copa de la Liga jugada parcialmente la fecha 10. Una noticia que sorprende a propios y extraños, pero que tiene su justificación en los números.
Hay datos de la campaña del equipo de Martín Palermo que llaman mucho la atención. Por ejemplo, en sus diez presentaciones a Aldosivi le ejecutaron ¡76 tiros de esquina! (promedio de 7,6 por partido). Godoy Cruz tuvo 13, Tigre 11, Lanús 10, Patronato 9, Colón 9… Pero ningún rival le marcó por esa vía. En contrapartida contó con 35 córners a favor (menos de la mitad) y llegó al gol contra Barracas Central: Cauteruccio definió luego que le bajaron la pelota de cabeza.
La virtud es mayor todavía si se tiene en cuenta que Aldosivi tampoco recibió goles en centros procedentes de tiros libres. Es decir, defiende muy bien el espacio aéreo en las jugadas de pelota quieta.
El equipo de Palermo conforma un bloque compacto en su propio campo. Pero igual de importante es que no pierde el orden cuando ataca: rara vez los rivales logran usufructuar el espacio detrás de su última línea. El único gol recibido con un pase filtrado que dejó un delantero rival mano a mano fue el de Sebastián Villa (Boca).
Aldosivi recibió apenas 9 goles, es decir, menos de uno por partido de promedio. La forma más repetida fue con centros pasados en jugadas en movimiento: así le marcaron Orellano (Vélez), Bandiera (Barracas Central) y Lautaro Acosta (Lanús). El primero y el último fueron por malas coberturas , con laterales que se cerraron y volantes que no acompañaron, mientras que el tanto del ex Aldosivi fue virtud propia, ya que le ganó a su marca en el salto.
Janson (Vélez) y Mouche (Barracas) convirtieron luego de buenas maniobras colectivas, Beltrán (Colón) aprovechó un rebote de Devecchi -¡alguna falla tenía que tener!-, Villa (Boca) hizo su segundo gol en el Minella en una réplica tras eludir a López Quintana, mientras que el tanto de Lucas Barrios (Patronato) fue mediante un penal mal sancionado.
Aldosivi pudo haber recibido más goles, es verdad. Pero cuenta con uno de los mejores arqueros del campeonato: Devecchi. Eso es materia de opinión, está claro. Pero hay un dato que no tiene discusión: es el que más atajadas tuvo, 49 (casi cinco por encuentro).
Los rivales fueron ineficaces. Pero eso no es culpa de Aldosivi, que además se aprovecha de todo. De hecho, es muy eficiente en sus ataques.
El principal responsable es Martín Cauteruccio, máximo artillero el campeonato, con 8 goles. Ejecutó 3 penales y convirtió todos. También marcó por saber dónde ubicarse dentro del área ante Boca, Godoy Cruz, Patronato y Lanús. El experimentado delantero rara vez falla ante el arquero.
Mosquera, en tanto, es el jugador más desequilibrante. Por habilidad en el uno contra uno y por capacidad y velocidad para atacar el espacio libre. Sus desbordes ya provocaron cuatro goles.
La presión en campo contrario le permitió festejar agónicamente ante Tigre gracias a la definición de Marcelo Meli. Santiago Silva se dio el gusto de celebrar por un tiro libre contra Patronato. Mientras que Leandro Maciel fue el otro que convirtió, ante Lanús, con un gran remate desde afuera del área. Pisano apareció para cerrar dos partidos: aprovechó un error de cálculo de un rival (Colón) y culminó un buen ataque en superioridad (Godoy Cruz).
En definitiva, Aldosivi hizo méritos para llegar a la cima. Se aleja de la zona de descenso, su principal objetivo, y sueña con meterse en cuartos de final de la Copa de la Liga. Hoy está adentro. Los números no mienten.